Forma Jurídica: Sociedad Limitada

Como socias, nos importa que nuestro patrimonio personal esté protegido. Si algo sale mal en la empresa, como algún problema legal con las viviendas o con los acuerdos entre mayores y estudiantes, no queremos que eso afecte nuestros bienes personales. Al ser una SL, solo respondemos con el dinero que hemos invertido en la empresa, y eso nos da tranquilidad. 

​Somos un equipo pequeño, y una sociedad limitada es perfecta para nosotras. Nos permite organizar la empresa de manera simple, sin la burocracia o los requisitos más complicados de otras formas jurídicas, como una sociedad anónima. Así podemos tomar decisiones rápidas y gestionar el día a día de forma eficiente. 

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Nuestro objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas mayores y ayudar a estudiantes a encontrar viviendas asequibles, fomentando la convivencia intergeneracional. Aunque este fin es social, también gestionamos alquileres y organizamos actividades, lo que implica un negocio que necesita ser rentable. La SL nos permite hacer ambas cosas: cumplir nuestra misión social y, al mismo tiempo, mantener una estructura de negocio sostenible. 

Sabemos que al tener una empresa que se enfoca en un tema tan relevante como la soledad de las personas mayores y las dificultades de los estudiantes, podemos optar a subvenciones y ayudas del gobierno. Ser una sociedad limitada nos facilita este acceso y nos permite crecer con el apoyo de instituciones que valoran este tipo de proyectos. 

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Somos una empresa pequeña por lo que el capital mínimo de 1 euro se ajusta a nuestro presupuesto. El capital lo conseguiremos de dos maneras: 

• Préstamo solicitado al banco de una cantidad aproximada de 5000€ para cubrir gastos iniciales.

• Trabajos a tiempo parcial 1 año antes de montar la empresa para compaginarlos con los estudios:

  • María: Da clases de inglés a niños pequeños

  • Haizea: Ayuda a su padre en la peluquería.

  • Leyre: Pasea perros

  • Lucía: Entrena a un equipo de baloncesto